Nueva temporada, esta será la octava. Un año, otro y otro. Nuevos entrenadores, unos compañeros que se van, otros llegan. Muchas bienvenidas y abrazos de despedida, unos con más intensidad que otros, pero siempre sinceros. Tiene mérito.
Es el capitán, el que anima el vestuario con
su sincero descaro, bromas o chascarrillos. El que nos representa, el que
arenga al novato, el que da la mano al rival en la victoria o la derrota, el de
la foto con los árbitros al inicio, sí ese, el que luce con orgullo el
brazalete.
Va por el campo como de puntillas, alargando más su talla y con ese
punto de majeza que a veces se necesita para enfrentarse al rival.
Eso sí: tiene el genio fuerte y no consiente la
más pequeña injusticia; pero su mucho rigor nos obliga a quererle más, porque
el capitán que se hace temer por severo, si a la severidad acompaña la
justicia, infunde respeto, y, por último, se conquista el cariño de todo el
equipo.
Este capitán es uno de esos valiosos mortales
que se encuentran en todo tipo de profesiones, aun en las más humildes; esa
clase de persona a la cual todo el mundo está de acuerdo en llamar “un hombre
respetable”
A por la nueva temporada Jaime, con más
ilusión si cabe que la primera. Disfrútala, siéntela tuya, sigue transmitiendo
esa experiencia y buen humor, sigue representando a este humilde pero gran club, y
todos saldremos ganando.
Ilusionados saludos.