lunes, 9 de agosto de 2010

Joder con las carreras de pueblo

Tenemos al Tiki pasando un par de semanas con sus primos y tíos en El Casar de Escalona, un pequeño pueblo a 90 km de Madrid por la carretera de Extremadura, y éste fin de semana lo hemos pasado allí con el. Casualmente están en fiestas y la semana pasada pude ver en el foro que el Domingo había una carrera popular, además también con carreras para niños con lo cual, allí que nos vamos con los sobrinillos a pasar la mañana.

Rápidamente te das cuesta que en los pueblos se hacen las cosas con más cariño, llegamos pronto y hacemos la inscripción sin prisa ninguna para los niños y la mía, todas gratis, cero euros, un montón de voluntarios ayudando y el circuito totalmente cerrado.

Tenemos hasta suerte con el tiempo, aunque el calor aprieta, el cielo está encapotado y gris, con lo cual nos libramos del plomizo sol de la zona.

La primera carrera es la de los pequeños, un par de vueltas a un circuito de unos cuatrocientos metros, más que suficientes para que el Tiki me de un buen calentón al ir acompañándole y se marque una buena recta de meta apretando y dejando a su padre con la lengua fuera.

A continuación se hacen las carreras de los chavales y también de los más veteranos, estos hacen tres vueltas a un circuito de 1800metros y para terminar la carrera donde tenía que salir éste paquetillo, cuatro vueltas al circuito para completar 7.200 metros.

Y aquí es donde voy con “joder con las carreras de pueblo”. La noche del sábado, en la barbacoa familiar, les comenté a mis cuñaaaaos que a la mañana siguiente había una carrera en el pueblo, que si se animaban a venir. Se descojonaron de mí claro está a la vez que me decían que yo, después de hacer varios maratones ganaría sin problemas, o cuando menos quedaría por delante. Los pobres saben que corro, pero no saben de mi pedigrí paquetil. En general la gente que no corre, tiene la impresión de que se corre muy deprisa y que si no ganas, p’a que vas. Bueno, yo siguiéndoles el rollo, ya que uno se cansa de explicar muchas veces lo mismo, les digo que sí, que lucharé por el jamón que dan al primero, pero que estará difícil. Y tan difícil.

No creo que fuéramos más de 100 participantes, y chacho, pistoletazo de salida y veo que salen todos como en las carreras de los niños, que galgos, que prisas, me quedo en mi sitio desde los primeros metros, el último. Pin pan, pin pan a mi ritmo, hago toda la carrera en solitario llevando detrás tan solo una chica. Los lugareños animando, pero con pena, al ir el último te animan como diciendo “donde irá este pobre”, porque estará ahí sufriendo de esa forma. No entienden que tu vas a tu ritmito disfrutando de una mañana de Domingo haciendo algo que te gusta. Trotar.

Van pasando los kilómetros, a cada paso por meta tienes una ducha de agua en polvo, además de algún vecino con la manguera para refrescarnos, todo se agradece. También los voluntarios con agua y esponjas, y como no, mis animadores número uno, mi gran Lola y mi Tiki, acompañados por los sobrinillos que no terminan de entender como su tío va el último. El Tiki ya está más acostumbrado. Como se agradece.
Pero joder con las carreras de pueblo, me tenía guardada una sorpresa. Al poco de comenzar la última vuelta veo a lo lejos un corredor solitario sufriendo más de la cuenta. Chun, chun chun chun, chun chun chun.- Voy a por ti. Ya que había asumido desde hace un buen rato que entraría en meta el último, de pronto se despierta el instinto de superación, orgullo, ese instinto felpador que todo paquetillo lleva dentro. “A ritmo, no te cebes Lander que le pillas, tienes metros de sobra” Y así fué, a unos 200 o 300 metros de la meta me pongo a su vera, el buen chaval me mira y me dice: “ -pufff, a ver si puedo seguirte” Ni le contesto claro, le miro poniendo carita de bueno, pero pienso: “ -Me vas a seguir por los cojones” jajajajaja Chun chun chun, le templo y aguanta el ritmo pelín más vivo que le pongo. La meta está a unos cien metros y pica hacia arriba, el Tiki a mi vera animando,” vamos papa, vamos” y al fondo el arco de meta que nos recibe con aplausos, le pego un cambio de ritmo más vivo y veo que no me aguanta, el que si me sigue el Tiki, y hacemos la entrada de la mano con la misma satisfacción que el primero. Como mola ese puntito de orgullo que nos hace sentirnos tan vivos. Si hubiera entrado el último lo hubiera hecho feliz, de verdad, sin complejos, pero esa satisfacción final de entrar por delante ummmmm mec, mec. Nos saludamos en meta como nobles rivales. Bien.

Se me olvidaba un pequeño detalle, me doblaron 15 o 20, no me dijo ni pio, ni uno. Que carácter chacho.

Bolsa del corredor, con varios regalos camiseta bordada, agua e isotónico a tutiplén. Bocadillos de Jamón, sombrero de labrador, y paella para todos. Y los ganadores que subían a por sus regalos, bajaban con las manos llenas, garbanzos, vino, membrillo y jamones. Insisto, todo gratis. Como molan las carreras de pueblo, si no fuera porque corren como galgos y te dejan el último, o el penúltimo…jijijij.

Al llegar a casa les dije a mis cuñaaos mientras se despertaban que casi pillo un jamón, que estuve en cabeza de carrera mucho tiempo y se me escapo por los pelos, lo que pasa que los niños no saben mentir y confesaron que fuí el penúltimo….no se lo creían y me miraban con la misma cara de pena que los paisanos, no saben ellos que satisfacción puede dejar en el cuerpo ese puesto.

Mil gracias a la organización, voluntarios ayuntamiento y al pueblo de El Casar de Escalona, por hacernos pasar una mañana diferente y chula.

Ilusionados saludos.

4 comentarios:

Trapatroles dijo...

Buena crónica..jeje. ¡Vaya modales los que te doblaron!... ni una palabra de aliento.
Ya irán ellos detrás con la edad y veremos que pasa.

Amig@mi@ dijo...

jaja, yo tampco me lo hubiera creído. Es que en los pueblos se guardan muchos secretos y uno precisamente, que se pasan la vida entrenando.
Me alegro de leerte de nuevo
Besos

Anónimo dijo...

He sido uno de los voluntarios de la carrera. Me alegra sobremanera que hayas disfrutado de la carrera.

Le animo a volver cuando desee. Solo una cosita más... Los que le doblaron no eran del pueblo, son corredores de clubs que un dia conocieron la carrera (les encantó)y vuelven año tras año con sus amigos.

Enhorabuena por finalizar y un fuerte aplauso.

Un saludo

Mildolores dijo...

Yo llevo años yendo a la Villafranca de los Caballeros, al límite de Toledo y sé perfectamente delo que hablas. ¡Que nivel!

Eso sí, regalos todos los que quieras y al módico precio de 0 leuros.
Así da gusto.