Ratoncito Pérez

..Llevaba semanas ilusionadísimo con que se le movía un diente. Se lo decía a todo el mundo, abriendo la boca y moviéndoselo con su lengüetilla – mira, mira, se me mueve un diente. Que alegría, que ilusión. Todos le recordábamos que lo guardara para el ratoncito Pérez.

Pasaban los días y el dientecillo dichoso aún moviéndose, no caía. Ayer su mamita después de ver que ya le estaba saliendo el otro nuevo por detrás se armo de valor y se lo quitó. Después de unas lagrimas por el dolorcillo, rápidamente su cara torno en sonrisa al pensar en que ya tenía su diente y se lo pondría por la noche al ratoncito Pérez.

Lo primero que m e gritó al llegar a casa fué eso.- ¡¡ya no tengo el diente¡¡, entre gritos de alegría, a la vez que me abría la boca para poder comprobarlo.

Anoche el dientecillo quedó bien acomodado en una bonita cajita cerca de su almohada. El ratoncito llegó de madrugada, cogió el diente y dejo dos monedas y unos gogos. Sin hacer ruido marcho por donde vino y ninguno nos enteramos.

Esta mañana daba gusto ver la cara de alegría, fuimos a comprar y la cajera le dijo: - mira, mira, se me ha caido un diente, y esta noche ha venido el ratoncito Perez, me dejó unos gogos, dos monedas con un uno en cada una y una nota, que decía gracias por el diente.

Que alegría más grande.